jueves, 22 de diciembre de 2011
" A las niñas no enseñan muchas cosas. Si un niño te pega, le gustas. Nunca trates de emparejarte los flecos. Y un día conocerás a un hombre maravilloso y tendrás tu final feliz. Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan, nos imploran que esperemos el giro del tercer acto: La declaración inesperada de amor. La excepción a la regla. A veces nos concentramos tanto en el final feliz que no aprendemos a interpretar las señales, a diferenciar entre los que nos quieren y los que no... entre los que se van a quedar y se van a ir. Y quizá el final feliz no incluye un tipo maravillo: quizá el final eres tú, sola recogiendo los pedazos y volviendo a empezar. Liberándote para encontrar algo mejor en el futuro. Quizá el final feliz solo consiste en seguir. O quizá este es el final feliz: Saber que a pesar de todas las llamadas y corazones rotos, a pesar de todos lo errores y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y vergüenza, tu nunca, nunca perdiste las esperanzas "
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